Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar y personalizar su experiencia y para mostrar anuncios (si los hay). Nuestro sitio web también puede incluir cookies de terceros como Google Adsense, Google Analytics, Youtube. Al usar el sitio web, usted consiente el uso de cookies. Hemos actualizado nuestra Política de Privacidad. Por favor, haga clic en el botón para consultar nuestra Política de Privacidad.

¿Cuál es la importancia de las mascotas en la salud emocional?

https://cdn.deultimominuto.net/wp-content/uploads/2022/07/Beneficios-de-tener-una-mascota-para-la-salud-mental.jpg

La conexión entre las personas y sus mascotas se origina en la antigüedad, cuando los animales eran utilizados no solo para labores o defensa, sino también como amigos. Hoy en día, las mascotas son consideradas partes vitales de muchas familias, jugando un rol crucial en el bienestar emocional de los individuos. El reconocimiento del lazo afectivo que se forma entre humanos y animales domésticos está en aumento, destacando su impacto positivo en la salud mental y emocional.

Beneficios psicológicos de convivir con mascotas

Diversos estudios han revelado que vivir con una mascota puede disminuir el estrés, la ansiedad y la depresión. La Asociación Americana de Psicología indica que al acariciar a un perro o gato se liberan endorfinas y oxitocina, hormonas vinculadas con el bienestar y la reducción del estrés. Además, se ha comprobado que las personas con animales de compañía pueden experimentar una disminución en la presión arterial y el ritmo cardíaco en momentos de tensión, lo que demuestra un efecto positivo en el aspecto fisiológico.

El simple acto de cuidar a un animal genera una rutina diaria, lo que puede ser especialmente útil para personas que experimentan estados depresivos. Alimentarlas, sacarlas de paseo o acicalarlas, implica una responsabilidad diaria que aporta estructura y propósito. Además, las mascotas no juzgan ni discriminan, lo que brinda un espacio seguro para expresar sentimientos sin temor al rechazo.

Impacto en grupos particulares: infantes, ancianos y personas con discapacidades

El trato con animales domésticos varía dependiendo de la etapa de la vida y las características personales. Por ejemplo, durante la niñez, crecer con una mascota se enlaza con un desarrollo más sano en términos socioemocionales. Varios expertos en psicología infantil han observado que los menores con animales de compañía presentan más empatía, mejor capacidad de comunicación y un mayor sentido del deber.

Para las personas de mayor edad, las mascotas son un recurso de gran utilidad. No solo ayudan a combatir el aislamiento, sino que también promueven el ejercicio físico y fomentan el contacto social, ya que sacar a pasear a un perro implica salir y, frecuentemente, hablar con otros propietarios en áreas públicas. La compañía de los animales contribuye a reducir los síntomas depresivos en los mayores que viven sin compañía y puede incluso posponer el declive cognitivo, según estudios difundidos en publicaciones de geriatría.

En personas con discapacidad, los animales de asistencia desempeñan una función irremplazable. Estos no sólo facilitan tareas cotidianas, sino que proporcionan apoyo emocional. La confianza, seguridad e independencia que otorgan los animales guía o los perros de alerta médica se extienden más allá de lo físico, abrazando el bienestar integral del individuo.

Animales en terapias y entornos hospitalarios

El uso terapéutico de los animales, conocido como terapia asistida con animales, ha cobrado auge en hospitales, residencias de ancianos y centros educativos. En programas supervisados, perros, gatos e incluso caballos son empleados para favorecer la rehabilitación física y emocional. Un informe de la Universidad de California concluyó que pacientes sometidos a cirugías cardíacas presentaron mejoría significativa en su estado de ánimo y una recuperación más rápida tras visitas regulares de perros entrenados.

Asimismo, en ámbitos psiquiátricos, las sesiones con mascotas actúan como catalizadores emocionales. Pacientes con trastorno de estrés postraumático o autismo encuentran en el animal una vía alternativa para el manejo del estrés, facilitando la expresión y el afrontamiento emocional.

Riesgos y responsabilidades

Aunque las ventajas son evidentes, es esencial tener en cuenta que tener una mascota conlleva obligaciones y retos. En casos donde el individuo no esté listo para aceptar estas responsabilidades, la situación podría volverse negativa, causando tensión o preocupación. Por esta razón, optar por adoptar o adquirir un animal debería ser una elección reflexionada y consciente. Asimismo, los animales pueden causar alergias y trasmitir enfermedades zoonóticas, por lo que es importante mantener la limpieza y realizar visitas regulares al veterinario.

Por otro lado, la pérdida de la mascota representa un proceso de duelo real y legítimo, a menudo minimizado socialmente. Es vital reconocer este dolor y, si es necesario, buscar acompañamiento profesional para transitarlo adecuadamente.

La conexión emocional: más allá de palabras

El vínculo que conecta a los humanos con sus animales de compañía va más allá de las palabras. La manera en que perros, gatos y otras mascotas se comunican, aunque no emitan sonidos, está llena de matices afectivos. Las miradas, el lenguaje corporal o el toque físico actúan como apoyo emocional en tiempos de dificultad o aislamiento. Este modo de comunicación no verbal ayuda a conformar un refugio emocional, donde se puede hallar alivio y compañía sin condiciones.

El rol que juegan los animales de compañía en el bienestar emocional trasciende el ámbito personal, convirtiéndose además en un factor que fortalece el lazo social y familiar. La integración de estos animales, tanto en espacios laborales como en instituciones educativas y comunidades, brinda oportunidades novedosas para implementar iniciativas dirigidas a potenciar la calidad de vida y el bienestar mental.

Un examen detallado del ambiente muestra que las mascotas van más allá de ser solamente amigos: son conexiones hacia una existencia emocional más estable y plena. Identificar esta importancia y adoptarla de manera consciente en nuestra comunidad podría ser fundamental para enfrentar los retos emocionales actuales con más resiliencia y empatía.

Por Otilia Adame Luevano

También te puede gustar