El director de cine Albert Serra ha lanzado su última película, «Tardes de soledad», un documental que proporciona una visión profunda y crítica sobre el ámbito de la tauromaquia. El film se enfoca en el torero peruano Andrés Roca Rey y su equipo, examinando la complejidad y el ritual de las corridas de toros. Este proyecto ha recibido la Concha de Oro en la 72ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, siendo destacado por su enfoque vanguardista y provocador.
Durante dos horas, «Tardes de soledad» transporta al espectador al mundo del toreo, desde los preparativos hasta el clímax en el ruedo. Serra elige una narrativa que deja fuera al público, concentrándose solo en el torero, su cuadrilla y el toro. Esta decisión estilística genera una atmósfera que parece fuera del tiempo, donde la tensión y la intimidad se entrelazan, ofreciendo una reflexión profunda acerca de la esencia del toreo y su relevancia en la cultura actual.
La fotografía de la película se destaca por sus planos cerrados, que recogen la esencia de cada momento. Desde la respiración del toro en el campo hasta la mirada reflexiva de Roca Rey después del evento, cada imagen está llena de simbolismo y emoción. El diseño de sonido enriquece esta experiencia absorbente, subrayando los sonidos naturales y los diálogos del equipo, añadiendo así una capa extra de autenticidad a la narrativa.
La cinematografía de la película es notable por su uso de planos cerrados que capturan la esencia de cada momento. Desde la respiración agitada del toro en la dehesa hasta la mirada introspectiva de Roca Rey tras la faena, cada imagen está cargada de simbolismo y emoción. El diseño de sonido complementa esta experiencia inmersiva, resaltando los sonidos naturales y las conversaciones del equipo, lo que añade una capa adicional de autenticidad al relato.
Uno de los aspectos más destacados del documental es la atención que se presta a la cuadrilla del torero. Estos hombres, con su sabiduría popular y su filosofía de vida, aportan una perspectiva única sobre el arte del toreo. Sus diálogos, que oscilan entre lo mundano y lo trascendental, enriquecen la narrativa y ofrecen al espectador una comprensión más profunda de la camaradería y el compromiso que implica esta tradición.
La secuencia en la que Roca Rey se viste de luces es particularmente reveladora. La cámara captura este ritual con una sensibilidad que resalta la dualidad entre la vulnerabilidad y la fortaleza del torero. La imagen de la virgen en la mesilla y el cuidado en cada detalle del atuendo subrayan la dimensión casi sagrada de este proceso, evidenciando la fusión de lo religioso y lo pagano en la tauromaquia.
La polémica respecto al documental ha surgido rápidamente. Grupos como PACMA han pedido que se retire de festivales, alegando que embellece una práctica que ven como violenta. No obstante, Serra sostiene que su trabajo es un retrato sincero y complejo, sin intención de juzgar, sino de mostrar una realidad para que el público la interprete. Esta postura ha fomentado un debate sobre la libertad artística y los límites de la representación en el cine documental.
La controversia en torno al documental no se ha hecho esperar. Organizaciones como PACMA han solicitado su retirada de festivales, argumentando que romantiza una práctica que consideran violenta. Sin embargo, Serra defiende su obra como un retrato honesto y complejo, que no busca emitir juicios sino presentar una realidad para que el público la interprete. Esta postura ha abierto un diálogo sobre la libertad artística y los límites de la representación en el cine documental.
El estreno de «Tardes de soledad» en cines españoles ha sido recibido con interés y expectación. La película invita a una experiencia cinematográfica que trasciende la simple observación, proponiendo una inmersión en un mundo lleno de contradicciones y pasiones. La obra de Serra se consolida así como una reflexión profunda sobre la condición humana, el arte y la muerte, temas universales que encuentran en la tauromaquia una expresión particular y provocadora.